“Más allá de la técnica de la silla vacía en la intervención del duelo, una propuesta psicodramática”
Acercarse a los procesos de duelo supone referirse a la muerte, la muerte no es interior ni exterior a la vida, aunque ajena, colorea todos los contenidos de esta, la muerte sería siempre la muerte del otro, únicamente alcanzamos a tener el sentimiento de nuestra propia mortalidad a través de la identificación ambivalente con la persona amada, en el duelo. Freud señala que es ante el cadáver de la persona amada donde nacen las ideas del alma, las ideas de inmortalidad, los sentimientos de culpabilidad de los hombres, los primeros sentimientos éticos, las ideas religiosas. La muerte puede tener un sentido trascendente según los ideales o creencias de las personas. Es a través de las pérdidas, de la enfermedad grave, del fin de la existencia de los otros y del proceso de duelo como, únicamente, nos acercaremos a ella.
La vida humana aunque aparentemente siga un hilo de continuidad, realmente es discontinua con las sucesivas etapas, sus finales, transformaciones y momentos. “Percibimos la invariabilidad de nuestro ser en el seno de la inconstancia y transformaciones continuas… vivimos paso a paso nuestra finitud y de ahí nacen las melancolías de la vida cotidiana” (Gurméndez). Por lo anterior se puede inferir que vivir implica pasar por una sucesión de duelos; la evolución da tiempo a la elaboración de las pérdidas aunque cabe mencionar que estos duelos o pérdidas aunque no sean de personas siempre están ligados a la muerte.
A continuación, intentaré diferenciar entre duelo, duelo patológico y melancolía, estos rasgos muestran síntomas semejantes es decir estado de ánimo profundamente doloroso, cesación del interés por el mundo exterior, pérdida de la capacidad de amar e inhibición de todas las funciones. Sólo la pérdida del amor propio, con todo su cortejo de auto reproches, exclusiva de la melancolía, nos permite diferenciarla del duelo normal, un estado de profundo sufrimiento por la pérdida de un ser querido que el tiempo se encargará de ir atenuando. Para Freud el trabajo del duelo requiere que, una vez aceptada la evidencia de la desaparición del objeto amado, procedamos al abandono, por parte de la libido, de todas las antiguas ligaduras con el mismo. Si no es aceptada esta pérdida, sino triunfa la realidad. Puede aparecer una Psicosis alucinatoria aquí estaríamos entonces frente a un duelo patológico (reacción a una pérdida conocida pero no aceptada), en contraste con el duelo normal (reacción a una pérdida conocida y aceptada) y con la melancolía (reacción a una pérdida inconsciente, desconocida por el sujeto.
A continuación abordare de manera breve algunas técnicas usadas en psicoterapia que generalmente son empleadas para ayudar a obtener alivio emocional a los clientes o consultantes. Una técnica empleada muy frecuentemente en la terapia Gestalt es la silla vacía, de manera general esta técnica de acuerdo a lo que describe Fritz Perls puede usarse de distintas formas y con diferentes propósitos por ejemplo ante una situación o algún acontecimiento, una persona no disponible, un aspecto de la propia personalidad es decir cuando se utiliza para proyectar en la silla algún aspecto de la propia personalidad el paciente como una necesidad, incapacidad, sentimiento etc. esta técnica constituye un importante recurso para el trabajo terapéutico de las proyecciones y al mismo tiempo facilita a la persona el descubrimiento y la reintegración de sus propias proyecciones.
La manera como se emplea esta técnica cambia dependiendo de lo que se proyecte en la silla vacía. No es lo mismo cuando se trabaja con alguna cosa o acontecimiento o con una persona no disponible, que cuando se trabaja algún aspecto de la propia personalidad. Con un acontecimiento, por ejemplo, la experiencia es más narrativa y descriptiva de la situación. El paciente recapitula lo sucedido y el terapeuta interviene haciendo énfasis en el sentimiento o la emoción que acompaña cada instante del evento reportado, pidiendo alpaciente al mismo tiempo que se dé cuenta de lo que está sintiendo.
En cambio, cuando se trabaje en la silla algún aspecto de la propia personalidad, la experiencia se vuelve más interactiva. El terapeuta dirige la intervención hacia el momento más intenso emocionalmente para el paciente, y detiene el proceso en el punto exacto donde el contacto se hace fenomenológicamente evidente. De esta manera la silla actúa a manera de pantalla, donde el paciente focaliza su atención y proyecta su percepción del acontecimiento. Narra y describe lo sucedido. Identifica sus emociones y sentimientos ligados a cada elemento significativo de tal acontecimiento, expresa y libera profundas tensiones internas. Establece contacto y toma de conciencia del significado que ha citado a tal acontecimiento, así como la forma como interfieren su vida. Por tal motivo, esta técnica se emplea de manera frecuente en la psicoterapia Gestalt y específicamente en situaciones de duelo. Con esta metodología, el paciente se encuentra en posibilidad de re significar, sentir y responder de una formanueva más integral y saludable. Si el acontecimiento es pasado, reconoce que no es posible cambiar lo sucedido pero sí es posible cambiar su significado y la forma de sentirse al respecto. Si el acontecimiento es presente, descubren nuevas formas de afrontar y responder ante tal situación en su vida.
Actualmente, varios modelos terapéuticos han adoptado esta metodología por ser muy proyectiva e impactante a nivel simbólico sin embargo, considero que esta técnica aún es limitada y el terapeuta entrenado podría llevar a su paciente a niveles más profundos consciente y pre-conscientes de su etapa de duelo. Para ello, propongo las técnicas que dieron origen a la silla vacía: técnica del espejo psicodramática, inversión de roles y dobles.
El modelo psicodramático en atención al duelo pretende esencialmente desatascar el proceso que, por diferentes razones se encuentra detenido. El psicodrama posee una técnica basada en la representación y en la acción por tanto considero que es muy eficaz debido a que durante el duelo patológico o normal el consultante generalmente pasa gran parte del tiempo negando, evocando imágenes y recuerdos que tienen que ver con la persona o situación de pérdida. Si solicitamos al paciente que nos narre la situación, inclusive usando una imaginación guiada para luego llevarlo a la silla vacía creo yo que esto puede frenar más el proceso natural de duelo, puesto que estamos entrando en su misma lógica sin embargo, con el psicodrama tras el comentario verbal de los sentimientos de el consultante se pide al mismo, que escoja la escena con la que desea empezar. Generalmente es con la persona muerta o ausente, de cualquier forma esto va a servir de indicador que nos conducirá por el laberinto hasta encontrarnos con la situación oculta de la escena, la cual va mucho más allá de sólo expresarle sus sentimientos y emociones a la persona faltante, de manera general todas las formas de duelo tienen que ver con nuestro miedo a morir por ello el trabajo en psicoterapia profunda: psicodrama, es acompañar al protagonista para que se enfrente a este miedo, la primera fase será que reconozca la separación entre él y su ser querido. Para esto el psicodrama permite encontrarse con esta persona, comentarle lo que le echa de menos, o resolver los temas pendientes que nunca se hablaron. Además, puede cambiar de rol por la persona que se murió. Encarnar sus sentimientos y, desde allí comprender la separación de sus existencias. De esta manera, se puede apreciar claramente que la técnica deinversión de roles va mucho más allá que la silla vacía, cabe mencionar que el origen de la silla vacíaproviene del psicodrama sin embargo el empleo único de esta técnica se ve limitado al favorecer un proceso de la comunicación en un solo sentido, es decir del paciente a la persona ausente favoreciendosolamente la expresión emocional.
Si además de inversión de roles usamos la técnica del espejo se abre la posibilidad de tomar distancia frente a su situación existencial, verse a sí mismo desde fuera e inclusive poder cambiar esa situación irresuelta por la que ha admitido su separación, pero su dolor le ha llevado al aislamiento y a rechazar su átomo social, mientras tanto, el cambio de roles con el uso de testigos permite recuperar su medio social y sobre todo experimentar las diferentes formas de resolver el duelo. Generalmente cuando la situación que detona la pérdida es muy reciente el paciente se ve muy limitado en su expresión oral, es decir le cuesta mucho trabajo llevar a la expresión oral sus sentimientos y emociones, en estos casos además de las técnicas arriba mencionadas es ampliamente recomendable usar la técnica de doble psicodramático; para llevarla a cabo, una vez que ha iniciado la acción en la escena y los sentimientos del protagonista no pueden ser expresados, podemos pedirle a su alter ego (persona que representa al protagonista en escena) que se coloque a su espalda y que ponga en palabras lo que el paciente no puede y quiere decir, de la misma manera el psicoterapeuta puede también prestar su voz. El empleo de esta técnica usada adecuadamente puede ayudar a destrabar sentimientos y emociones que favorecerán a encontrar una percepción distinta en su misma escena.
El proceso psicodramático generalmente es el mismo en diversos motivos de consulta, sin embargo lo que difiere ante el duelo es nuestra actitud; de entrada debemos tener cuidado en no dañar al consultante y asistirlo de manera que se sienta acompañado, el psicodrama sigue una metodología grupal por ello conviene cuidar a todos los asistentes para que no se sientan abandonados, es importante mencionar que se recomienda acompañar al protagonista hasta dónde quiere llegar, pero nunca más allá. Si el programa psicodramático no se ha completado ya saldrá en otras sesiones, es importante permitir un margen de tiempo para digerir el duelo y más adelante seguir otros pasos.
Como conclusión, deseo comentar que la metodología del psicodrama pone a disposición del proceso de duelo recursos muy valiosos para articular el trabajo terapéutico: traer al difunto al escenario o bien concretizar la situación por lo cual se detonó el duelo, todas las figuras clave del átomo social del afectado relacionadas con la situación, así como objetos significativos vinculados al fallecido(su cuerpo, el ataúd, ropa y efectos personales, fotografías, cartas…), permite realizar la descarga, la despedida y la cancelación de asuntos pendientes, elaborando la relación y facilitando desde ese momento la red vinculación con el entorno.
Desde una óptica del psicodrama, el proceso terapéutico de duelo transcurre en las siguientes etapas.
Dimensión del pasado:
- Toma de conciencia y reconocimiento de la muerte(inminente o ya sucedida)
- Cancelación de asuntos pendientes
Dimensión del presente:
- Despedida
- Descarga emocional de las vivencias contenidas
Dimensión del futuro:
- Búsqueda de apoyos externos en el entorno, parciales y potencialmente sustitutivos de la figura perdida que, aún sin compensar la pérdida, pueden hacer la soportable
- Psic. Juan Daniel Servín Núñez
Bibliografía:
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